Se convierte en Necesidad...
Tener que amar con locura
Tener que sufrir con melancolía
Tener que sonreír sin una causa
Se convierte en Necesidad...
Buscar un cielo cada mañana
Buscar una nueva oportunidad
Buscar un amor perfecto
Se convierte en Necesidad...
Querer sentir sin importar
Querer vivir cada anochecer
Querer sanar cada herida
Se Convierte en Necesidad...
Escribir con los ojos
Escribir miles de historias
Escribir distintos finales
Se convierte en Necesidad...
Borrar los malos recuerdos
Borrar los cielos oscuros
Borrar un falso destino
Se convierte en Necesidad...
Recordar los viejos amores
Recordar el destino cruel
Recordar las hojas marchitas
Se convierte en Necesidad...
Amar con toda el alma
Amar y no ser amado
Amar cada segundo
Se convierte en Necesitad...
Que el hombre sea Feliz
Sin importar su pasado
Sin reprochar el presente
Anhelando un buen futuro
En este Blog descubrí lo mucho que me encanta escribir y encontré la forma de expresar aquello que no encuentro en palabras dichas por mi boca.
martes, 21 de octubre de 2014
lunes, 20 de octubre de 2014
UN SOLO LATIDO
Valdría la pena preguntarnos por la autenticidad de nuestro “libre actuar”. ¿Qué tan atados estamos a una sociedad movida por el pasado que decide lo que tenemos que hacer?
Sin embargo la responsabilidad misma no es de lo demás, ¡Es propia mente nuestra!, ya que somos dueños de nuestros actos y somos nosotros mismos quienes decidimos como actuamos. La solución está en nuestra mente, ya que allí es donde encontramos nuestra propia libertad, aquella que nos deja actuar conforme a lo que verdaderamente somos.
La Sociedad, nuestros padres, los profesores los medios de comunicación, nuestra formación y creencias son simplemente influencias que afectan nuestra manera de pensar, nos muestran un camino o una solución y nos dan una falsa o verdadera “identidad”. Los medios de comunicación nos venden un espejismo de una sociedad perfecta, nuestros padres nos enseñan a seguir el mejor camino y acercarnos a las mejores influencias; pero está en nosotros decidir quiénes somos y lo que pensamos. Somos los dueños de nuestras decisiones y los artífices de nuestra verdadera libertad, por ello está en nuestras manos ser arquitectos de aquellas barreras individualistas y prejuiciosas, que discriminan a aquellos que decimos pertenecen “al montón”; pero ¿Qué significa ser del montón? ¿Es bueno o malo?
Ser del “montón”, es asumir el papel del juez que autoriza o reprueba a los demás. Pero NO es solo caer en tal juzgamiento, significa ahogarnos en él y dejarnos llevar por él, olvidando que todos somos iguales y al mismo tiempo diferentes es nuestra esencia, lo que nos hace únicos, irrepetibles e indiscriminables, todos somos iguales en dignidad, en ese sentido somos parte del montón, pero al mismo tiempo somos diferentes, lo cual imposibilita la opción de discriminar o excluir por la diferencia.
Estamos en un país dividido por culturas, religiones y costumbres que se encarga de dividirnos, muchas veces olvidamos que somos del mismo lugar, pero eso no impide que seamos personas y que cada uno de nosotros seamos únicos, lo que significa que ser del “montón” o no, no tiene nada que ver con nuestro comportamiento, ya que este va ligado a nuestra personalidad, y esta la forjamos y la creamos todos los días a través de nuestro conocimiento y experiencia.
Cada persona tiene una identidad diferente y no se trata de cambiarla, se trata de convivir con ella, en este momento es muy difícil cambiar las tradiciones que llevan a los paradigmas de nuestra cultura, pero cada uno es libre en su interior, se trata de esta libertad en donde NO ponemos barreras para sobresalir entre los demás, se trata de poner la barreras, mejor llamadas “soportes” que forman nuestra identidad, esa que nos hace únicos e irrepetibles, se trata de encontrarle el propósito a nuestra vida, y encontrar el mejor camino.
Seamos del “montón” o no, todos y cada uno de nosotros tenemos una esencia diferente y una personalidad incomparable, al estar buscando nuestra identidad personal, no debemos pisotear los derechos de los demás, tenemos que usar el valor de la empatía. La palabra empatía, se refiere a ponerse en el lugar de los demás y saber cómo se siente cada persona
Para quitar todas las “barreras” es necesario encontrar el diálogo entre la conciencia individual que me hace único e irrepetible, en donde yo y solo yo existo y la conciencia colectiva que me hacen ser con otros y convivir con los demás. En tal medida yo acepto al otro, porque debo ser aceptado, necesitamos ser o buscar libertad, esto significa despojarnos de todo aquello que ata nuestras formas de pensar, se trata de dejar la discriminación a un lado, necesitamos adolescentes autónomos, que tomen sus propias decisiones y formen su personalidad, tanto individual como social, que no se dejen influenciar por medios de comunicación o prototipos, tenemos que formar las bases para que aunque vengamos de distintos lugares, hablemos o pensemos de manera diferente nuestros corazones latan como uno solo.
Sin embargo la responsabilidad misma no es de lo demás, ¡Es propia mente nuestra!, ya que somos dueños de nuestros actos y somos nosotros mismos quienes decidimos como actuamos. La solución está en nuestra mente, ya que allí es donde encontramos nuestra propia libertad, aquella que nos deja actuar conforme a lo que verdaderamente somos.
La Sociedad, nuestros padres, los profesores los medios de comunicación, nuestra formación y creencias son simplemente influencias que afectan nuestra manera de pensar, nos muestran un camino o una solución y nos dan una falsa o verdadera “identidad”. Los medios de comunicación nos venden un espejismo de una sociedad perfecta, nuestros padres nos enseñan a seguir el mejor camino y acercarnos a las mejores influencias; pero está en nosotros decidir quiénes somos y lo que pensamos. Somos los dueños de nuestras decisiones y los artífices de nuestra verdadera libertad, por ello está en nuestras manos ser arquitectos de aquellas barreras individualistas y prejuiciosas, que discriminan a aquellos que decimos pertenecen “al montón”; pero ¿Qué significa ser del montón? ¿Es bueno o malo?
Ser del “montón”, es asumir el papel del juez que autoriza o reprueba a los demás. Pero NO es solo caer en tal juzgamiento, significa ahogarnos en él y dejarnos llevar por él, olvidando que todos somos iguales y al mismo tiempo diferentes es nuestra esencia, lo que nos hace únicos, irrepetibles e indiscriminables, todos somos iguales en dignidad, en ese sentido somos parte del montón, pero al mismo tiempo somos diferentes, lo cual imposibilita la opción de discriminar o excluir por la diferencia.
Estamos en un país dividido por culturas, religiones y costumbres que se encarga de dividirnos, muchas veces olvidamos que somos del mismo lugar, pero eso no impide que seamos personas y que cada uno de nosotros seamos únicos, lo que significa que ser del “montón” o no, no tiene nada que ver con nuestro comportamiento, ya que este va ligado a nuestra personalidad, y esta la forjamos y la creamos todos los días a través de nuestro conocimiento y experiencia.
Cada persona tiene una identidad diferente y no se trata de cambiarla, se trata de convivir con ella, en este momento es muy difícil cambiar las tradiciones que llevan a los paradigmas de nuestra cultura, pero cada uno es libre en su interior, se trata de esta libertad en donde NO ponemos barreras para sobresalir entre los demás, se trata de poner la barreras, mejor llamadas “soportes” que forman nuestra identidad, esa que nos hace únicos e irrepetibles, se trata de encontrarle el propósito a nuestra vida, y encontrar el mejor camino.
Seamos del “montón” o no, todos y cada uno de nosotros tenemos una esencia diferente y una personalidad incomparable, al estar buscando nuestra identidad personal, no debemos pisotear los derechos de los demás, tenemos que usar el valor de la empatía. La palabra empatía, se refiere a ponerse en el lugar de los demás y saber cómo se siente cada persona
Para quitar todas las “barreras” es necesario encontrar el diálogo entre la conciencia individual que me hace único e irrepetible, en donde yo y solo yo existo y la conciencia colectiva que me hacen ser con otros y convivir con los demás. En tal medida yo acepto al otro, porque debo ser aceptado, necesitamos ser o buscar libertad, esto significa despojarnos de todo aquello que ata nuestras formas de pensar, se trata de dejar la discriminación a un lado, necesitamos adolescentes autónomos, que tomen sus propias decisiones y formen su personalidad, tanto individual como social, que no se dejen influenciar por medios de comunicación o prototipos, tenemos que formar las bases para que aunque vengamos de distintos lugares, hablemos o pensemos de manera diferente nuestros corazones latan como uno solo.
ESTUPIDO
Que estúpido es saber que al tocar algo nos dolerá, y aun así querer sentirlo.
Que estúpido es tocar la herida, sabiendo que va a arder.
Que estúpido es olvidar, sabiendo que no lo lograremos
Que estúpido es imaginar, sabiendo que nunca va a pasar.
Que estúpido es sufrir, sabiendo que no hay remedio.
Que estúpido es recordar, sabiendo que nunca volverá.
Que estúpido es cerrar los ojos, si no asumimos que tenemos que abrirlos
Que estúpida resulta la vida, si no sabemos vivirla.
Que estúpido es mirar el cielo, sabiendo que esta opaco.
Que estúpido es sentir, si hierve el dolor
Que estúpido es escribir, si no encontramos las palabras
Que estúpido es amar, sabiendo que existe el olvido.
Que estúpido es ser feliz, si algún día terminara.
Que estúpida es la mañana, si la noche cae rápido.
Que estúpidos son tus ojos, si nunca los logro ver.
Que estúpida es la libertad, si no me dejas ser libre.
Que estúpidas sol las lagrimas, si algún día se secaran.
Que estúpido es volar, si el viento ya se acabara.
Que estúpido es el sol, so las nubes ya lo opacaran.
Que estúpido es intentar, y saber que no va a funcionar.
Que estúpido es.
Pero es mas estúpido aquel que no ama con el alma, aquel que no intenta una ves mas, el que no siente con todos los ojos, estúpido aquel que no aprecia la mañana, que no vive cada noche, que no llora con dolor, mas estúpido aquel que no recuerda con anhelo, el que no sueña con locura, aquel que no sufre con melancoliza, estúpido aquel que no busca miradas ni sonrisas, aquel que olvida con facilidad, estúpido aquel que no lucha por lo que ama, aquel a quien se le acabaron las alas, el que no busca su libertad ni su paz, aquel que no se arriesga a escribir, aquel que no encuentra la hermosura del cielo estúpido el que no se hace daño, aquel que no aprende....
Porque, que seria del hombre sin sus estupideces?
Que estúpido es tocar la herida, sabiendo que va a arder.
Que estúpido es olvidar, sabiendo que no lo lograremos
Que estúpido es imaginar, sabiendo que nunca va a pasar.
Que estúpido es sufrir, sabiendo que no hay remedio.
Que estúpido es recordar, sabiendo que nunca volverá.
Que estúpido es cerrar los ojos, si no asumimos que tenemos que abrirlos
Que estúpida resulta la vida, si no sabemos vivirla.
Que estúpido es mirar el cielo, sabiendo que esta opaco.
Que estúpido es sentir, si hierve el dolor
Que estúpido es escribir, si no encontramos las palabras
Que estúpido es amar, sabiendo que existe el olvido.
Que estúpido es ser feliz, si algún día terminara.
Que estúpida es la mañana, si la noche cae rápido.
Que estúpidos son tus ojos, si nunca los logro ver.
Que estúpida es la libertad, si no me dejas ser libre.
Que estúpidas sol las lagrimas, si algún día se secaran.
Que estúpido es volar, si el viento ya se acabara.
Que estúpido es el sol, so las nubes ya lo opacaran.
Que estúpido es intentar, y saber que no va a funcionar.
Que estúpido es.
Pero es mas estúpido aquel que no ama con el alma, aquel que no intenta una ves mas, el que no siente con todos los ojos, estúpido aquel que no aprecia la mañana, que no vive cada noche, que no llora con dolor, mas estúpido aquel que no recuerda con anhelo, el que no sueña con locura, aquel que no sufre con melancoliza, estúpido aquel que no busca miradas ni sonrisas, aquel que olvida con facilidad, estúpido aquel que no lucha por lo que ama, aquel a quien se le acabaron las alas, el que no busca su libertad ni su paz, aquel que no se arriesga a escribir, aquel que no encuentra la hermosura del cielo estúpido el que no se hace daño, aquel que no aprende....
Porque, que seria del hombre sin sus estupideces?
lunes, 15 de septiembre de 2014
PASO A LA MUERTE
Era 1999 en el mes de Noviembre, vivía un hombre anciano, con canas en su cabello una vida recorrida, y experiencias que contar, vivía solo en su casa con un acuario en donde tenía un pez dorado, tan solo como el mismo, pasaba los días subiendo y bajando las escaleras viendo los cuadros pegados en su pared, mirando por la ventana y sufriendo en silencio. Estaba aquel día sentado en su cama con una pijama de rayas, viendo por la ventana, como los niños se divertían y jugaban con una pelota, el sol estaba más brillante que nunca, el cielo estaba despejado, y habían unos cuantos pájaros cantando en la punta de los faroles, voltio la mirada y vio un cuadro que tenía colgado en la pared, justo al frente de él, era un barco opaco y oscuro en medio de la tormenta que trataba de sobrevivir a las olas, y empezó a recordar como su miserable vida era una verdadera tormenta y aun no entendía como ella seguía en pie.
Cerró los ojos, y empezó a imaginarse como llego hasta ese día, en donde no le encontraba sentido a su vida y donde todo parecía ser en vano. Era niño, vivía con sus padres, aparentemente era feliz y no le faltaba nunca nada, era inteligente y parecía ser el mejor de su clase, sin embargo, era un chico solitario, no le prestaba mucha atención a las cosas que pasaban a su alrededor, solía ser callado y no compartía lo que sentía. Se fue formando arrogante y prepotente, su soldad se convirtió en egoísmo, nunca pensó en enamorarse porque pensaba que los sentimientos no se tenían que compartir, su idea existencialista de hombre, le hacía pensar que el hombre nacía solo y que solo vivía para morir.
Así fue creciendo, en su juventud todo lo que pensaba se hizo más grande, cada día tenia menos amigos, pensaba que era una pérdida de tiempo compartir la vida o aceptar a alguien más. Era muy inteligente y su mente era tan grande como el mismo en su interior, sentía que era capaz de lograr grandes cosas, tenía un espacio o mejor llamado un “vacío” en su vida, que no lograba llenarlo nunca. Cada día se hacía más a la idea que nadie era perfecto, que el hombre era una manada de errores lanzadas al vacío, y que no valía aceptar los errores de los demás.
Se hizo adulto y así siguió su vida, se hizo profesional, y estudio mucho, tenía muchos títulos y galardones, trabajo pero nada lleno nunca su vacío, no quería conocer personas ni aceptarlas como eran. Al final nunca se casó, lo intento pero era tanta su individualidad, que no dejo entrar a nadie a su pequeño mundo arrogante. Así paso el tiempo, solo, con dinero, una casa grande, cuadros por toda la casa, pensando que era inocente de su soledad.
Llego al principio, acostado en su cama y solo pudo llegar a una conclusión. Se dio cuenta que el mundo no era tan pequeño como él creía, vio que todas las personas tienen una esencia diferente y una personalidad única, que todos tenemos errores o maneras de actuar distintas, pero que la vida se basaba en aceptarnos como somos, se dio cuenta que nuestra identidad depende de nosotros mismos, que somos un mundo abierto a toda clase de opiniones y personas, que depende de nosotros el respeto a cada mundo, que tenemos que convivir con nuestras dos identidades: la social, aquella que compartimos con los demás, y la individual: la que conservamos para nosotros mismos, del equilibrio de esto depende que nuestro barco permanezca en pie.
Pero ya era tarde, en esos 2 minutos de ligero sueño paso toda su vida, logros y errores por su cabeza, era como si la vida le diera una última oportunidad para que se diera cuenta de la solución para llenar su vacío, era el final y solo ahí se dio cuenta que somos uno solo que todos éramos diferentes, y en esa misma tarde soleada de noviembre ya había llegado su muerte, ya se había acabado su historia, y su barco al fin había llegado a tierra.
María Camila González Gutiérrez
Cerró los ojos, y empezó a imaginarse como llego hasta ese día, en donde no le encontraba sentido a su vida y donde todo parecía ser en vano. Era niño, vivía con sus padres, aparentemente era feliz y no le faltaba nunca nada, era inteligente y parecía ser el mejor de su clase, sin embargo, era un chico solitario, no le prestaba mucha atención a las cosas que pasaban a su alrededor, solía ser callado y no compartía lo que sentía. Se fue formando arrogante y prepotente, su soldad se convirtió en egoísmo, nunca pensó en enamorarse porque pensaba que los sentimientos no se tenían que compartir, su idea existencialista de hombre, le hacía pensar que el hombre nacía solo y que solo vivía para morir.
Así fue creciendo, en su juventud todo lo que pensaba se hizo más grande, cada día tenia menos amigos, pensaba que era una pérdida de tiempo compartir la vida o aceptar a alguien más. Era muy inteligente y su mente era tan grande como el mismo en su interior, sentía que era capaz de lograr grandes cosas, tenía un espacio o mejor llamado un “vacío” en su vida, que no lograba llenarlo nunca. Cada día se hacía más a la idea que nadie era perfecto, que el hombre era una manada de errores lanzadas al vacío, y que no valía aceptar los errores de los demás.
Se hizo adulto y así siguió su vida, se hizo profesional, y estudio mucho, tenía muchos títulos y galardones, trabajo pero nada lleno nunca su vacío, no quería conocer personas ni aceptarlas como eran. Al final nunca se casó, lo intento pero era tanta su individualidad, que no dejo entrar a nadie a su pequeño mundo arrogante. Así paso el tiempo, solo, con dinero, una casa grande, cuadros por toda la casa, pensando que era inocente de su soledad.
Llego al principio, acostado en su cama y solo pudo llegar a una conclusión. Se dio cuenta que el mundo no era tan pequeño como él creía, vio que todas las personas tienen una esencia diferente y una personalidad única, que todos tenemos errores o maneras de actuar distintas, pero que la vida se basaba en aceptarnos como somos, se dio cuenta que nuestra identidad depende de nosotros mismos, que somos un mundo abierto a toda clase de opiniones y personas, que depende de nosotros el respeto a cada mundo, que tenemos que convivir con nuestras dos identidades: la social, aquella que compartimos con los demás, y la individual: la que conservamos para nosotros mismos, del equilibrio de esto depende que nuestro barco permanezca en pie.
Pero ya era tarde, en esos 2 minutos de ligero sueño paso toda su vida, logros y errores por su cabeza, era como si la vida le diera una última oportunidad para que se diera cuenta de la solución para llenar su vacío, era el final y solo ahí se dio cuenta que somos uno solo que todos éramos diferentes, y en esa misma tarde soleada de noviembre ya había llegado su muerte, ya se había acabado su historia, y su barco al fin había llegado a tierra.
María Camila González Gutiérrez
domingo, 20 de julio de 2014
EL VENDEDOR DE PERIÓDICOS
1996, era invierno, no quería salir de mi cama estaba tan caliente y acogedora como siempre, pero ya eran las 6:00 a.m. y tenía que salir a trabajar, mi mama como de costumbre, tenía chocolate caliente y un viejo pan para desayunar, me moría por comer, así que me levante de la cama. El desayuno estaba en la mesa, me puse mis pantalones negros, mi camisa blanca de siempre y la boina que me regalo mi abuelo, devore el desayuno como de costumbre, tenía miedo de no comer en el resto del día así que lo tenía que disfrutar, me despedí de mi madre, y Salí a la calle con 30 periódicos que tenía que vender.
Como lo sospechaba, el piso estaba frio, y mis medias ya estaban muy mojadas, pero no podía parar, camine por la avenida principal, y salude a Don José, el señor que vende café en la esquina. Como siempre me saludo muy amablemente y con una hermosa sonrisa en el rostro. Llegue a mi esquina de trabajo con mis 30 periódicos, las medias mojadas y mucho frio, solo me quedaba esperar, pero nunca pensé que tanto.
Paso media hora hasta que por fin vendí mis primeros 5 periódicos y aun no llegaba el Señor Smith, era un hombre adinerado que vivía en una mansión hermosa, la conocía por fuera ya que era la que estaba justo al frene de donde trabajo, no le hacía falta nada, sin embargo parecía que vivía triste, nunca se le veía sonriendo ni nada por el estilo, pero siempre me compraba más de 2 periódicos y me dejaba buenas propinas. Ya era por la tarde y cada vez hacia más frio. Don José me trajo una taza de café que me caía como anillo al dedo, ¡Dios, que delicia!
Vi desde lejos al Señor Smith, con su cara de siempre, algo malgeniado y con mucha prisa, Aliste mis periodicos, y quería una buena propina.
- Hola Cristian, ¿qué tal tu día?
- Como lo podrá ver, con frió y los pies mojados, ¿y el suyo?
- Bien dentro de lo normal, quiero 5 periódicos, hoy te dejare una buena propina.
5 periódicos, ¡Qué bueno era eso!, me faltaban 20 periódicos por vender, el Señor Smith se fue hacia su gran mansión, y cando ya estaba muy lejos, me di cuenta que se le había dejado su billetera tirada en el piso, no le di mucha importancia, pensaba dársela al día siguiente, cuando fuera por mas periódicos. Seguí vendiendo no había sido un buen día, mis ventas solían ser mejores cuando los titulares eran ¡LA ECONOMIA DEL MUNDO!, las de hoy eran ¡LA POBREZA DEL MUNDO!, ya me tenía que ir a casa para descansar, mañana iba a ser otro día, tenía salud, vida, una cama caliente una mama que me amaba, no me hacía falta nada para ser feliz.
Nuevamente, mi cama estaba deliciosa, y el día estaba congelado, sabía a qué me tenía que levantar y vi la billetera del Señor Smith, la curiosidad me mato y la quería abrir, no parecía ser tan lujosa como yo me lo imaginaba, era color marrón algo desgastado, no había mucho dinero adentro, tenía una foto que parecía muy vieja de un niño a blanco y negro, no parecía ser de un señor que vive en una mansión y que tiene mucho dinero. Ya desayunado, estaba vestido y tenía puesta mi boina, no le dije nada a mi mama de la billetera y salí a la calle.
No estaba haciendo tanto frió, pero como mis medias estaban mojadas no me las pude poner, hoy tenía 20 periódicos para vender, iba a ser un día fácil los titulares decían ¡LAS EMPRESAS CON MAYOR PODER EN EL MUNDO! Sabía que los vendería rápido, y así fue. Me dirigí hacia la mansión del Señor Smith, y cuando mencione lo de su billetera, no dudaron en dejarme entrar. Cuando vi el interior de la casa, no me sorprendió lo lujosa, habían muchas fotos viejas y titulares de periódicos a blanco y negro, fui a la oficina, golpee dos veces y el Señor Smith me saludo muy feliz al ver tenía su billetera en la mano, nunca lo había visto tan bien y con tal sonrisa en el rostro, me agradeció mucho y me abrazo, de recompensa me ofreció ir a su casa todos los días a almorzar.
Estaba muy emocionado ya quería que fuera por la tarde, no me imaginaba al banquete, y tenía que contarle a mi mama todo lo que me había sucedido esa semana, tenía algo de miedo, pero no pensé que le prestara mucha importancia. Cuando me senté a desayunar, le conté todo con detalles sobre el Señor Smith, mi mama parecía algo intrigada y sorprendida, pero de pronto, me interrumpió y me prohibió absolutamente ir a la casa de este señor, no lo podía creer iba a almorzar gratis, y mi mama no quería que fuera, ella se fue de la casa, dejo la puerta cerrada y me advirtió que no podía salir y que los periódico los tenía que vender en otro lugar. Después de calmarme un poco y pensar las cosas, me fui a mi cuarto a dormir un rato, cuando desperté, estaba más tranquilo y relajado, pero tenía hambre, pensaba en como hubiera sido almorzar en la casa de este señor. Fui a la cocina a ver si podía comer algo y de tanto buscar, encontré una caja vieja y oxidada, cuando la abrí vi fotos cuando mi mama era joven, se veía hermosa, como si viviera en buenas condiciones, no le faltaba nada, pero había una foto que me llamaba la atención, estaba mi madre con un señor elegante y un bebe en los brazos, no podía imaginar que fuera yo, y que ese hombre fuera mi padre, la cogí y me salí de la casa.
Fui a buscar a mi mama, cuando pasaba por la avenida, me encontré con el Señor Smith, que se asombró al verme.
-Cristian te estaba esperando en mi casa, ¿Qué paso?
- Mi mama me prohibió ir a su casa, y ahora tengo que ir a buscarla.
-Cálmate vamos a mi casa para hablar.
No tenía otra opción, así que accedí a la propuesta del Señor Smith, entramos a su casa y nos sentamos en la sala, y le conté lo que había pasado con mi mama, no le puso mucha importancia, por un lado entendía que no me dejara entrar a una casa ajena, pero le parecia muy raro lo de la foto, mi mama nunca me había hablado de mi padre y pensar que era el de la foto me parecía muy raro, cuando le mostré la foto al Señor Smith paso algo que nunca imagine. El Señor Smith empezó a llorar pero al mismo tiempo sonreía y parecía emocionado.
-Cristian, yo soy tu padre, sé que no es la mejor manera de decirlo, nunca imagine que tu fueras mi hijo. Yo vivía con tu madre, cuando te tuvimos éramos muy felices, no teníamos mucho dinero, tu abuelo era muy pobre y yo no estaba en las mejores condiciones, de un momento a otro yo me entere que tenía una herencia, parecía que todo iba a mejorar, pero tu madre no quería tener más dinero, ella decía que no quería vivir con un hombre lleno de lujos y de dinero, yo al contrario quería ser muy rico, así que un día se fue, y dejo una foto tuya, y una vieja carta que lo explicaba. Los busque por un tiempo, y mi vida cambio, la herencia me hizo rico y parecía estar bien con muchas comodidades, pero nunca fui feliz, ahora que te conozco quiero darte una buena vida y hacerte muy feliz, dile a tu mama que la amo y que quiero que estén con migo.
¿Mi padre?, eran muchas emociones en tan poco tiempo no podía pensar mucho pero tenía claro algo, si hubiera amado a mi madre no la hubiera dejado por el dinero, yo prefería vender periódicos y ser feliz que ser rico y estar amargado todo el tiempo, me despedí sin decir nada y me fui a mi casa a esperar a mi mama con una taza de chocolate.
Segunda Participación: Concurso Nacional de Cuento 2014
Como lo sospechaba, el piso estaba frio, y mis medias ya estaban muy mojadas, pero no podía parar, camine por la avenida principal, y salude a Don José, el señor que vende café en la esquina. Como siempre me saludo muy amablemente y con una hermosa sonrisa en el rostro. Llegue a mi esquina de trabajo con mis 30 periódicos, las medias mojadas y mucho frio, solo me quedaba esperar, pero nunca pensé que tanto.
Paso media hora hasta que por fin vendí mis primeros 5 periódicos y aun no llegaba el Señor Smith, era un hombre adinerado que vivía en una mansión hermosa, la conocía por fuera ya que era la que estaba justo al frene de donde trabajo, no le hacía falta nada, sin embargo parecía que vivía triste, nunca se le veía sonriendo ni nada por el estilo, pero siempre me compraba más de 2 periódicos y me dejaba buenas propinas. Ya era por la tarde y cada vez hacia más frio. Don José me trajo una taza de café que me caía como anillo al dedo, ¡Dios, que delicia!
Vi desde lejos al Señor Smith, con su cara de siempre, algo malgeniado y con mucha prisa, Aliste mis periodicos, y quería una buena propina.
- Hola Cristian, ¿qué tal tu día?
- Como lo podrá ver, con frió y los pies mojados, ¿y el suyo?
- Bien dentro de lo normal, quiero 5 periódicos, hoy te dejare una buena propina.
5 periódicos, ¡Qué bueno era eso!, me faltaban 20 periódicos por vender, el Señor Smith se fue hacia su gran mansión, y cando ya estaba muy lejos, me di cuenta que se le había dejado su billetera tirada en el piso, no le di mucha importancia, pensaba dársela al día siguiente, cuando fuera por mas periódicos. Seguí vendiendo no había sido un buen día, mis ventas solían ser mejores cuando los titulares eran ¡LA ECONOMIA DEL MUNDO!, las de hoy eran ¡LA POBREZA DEL MUNDO!, ya me tenía que ir a casa para descansar, mañana iba a ser otro día, tenía salud, vida, una cama caliente una mama que me amaba, no me hacía falta nada para ser feliz.
Nuevamente, mi cama estaba deliciosa, y el día estaba congelado, sabía a qué me tenía que levantar y vi la billetera del Señor Smith, la curiosidad me mato y la quería abrir, no parecía ser tan lujosa como yo me lo imaginaba, era color marrón algo desgastado, no había mucho dinero adentro, tenía una foto que parecía muy vieja de un niño a blanco y negro, no parecía ser de un señor que vive en una mansión y que tiene mucho dinero. Ya desayunado, estaba vestido y tenía puesta mi boina, no le dije nada a mi mama de la billetera y salí a la calle.
No estaba haciendo tanto frió, pero como mis medias estaban mojadas no me las pude poner, hoy tenía 20 periódicos para vender, iba a ser un día fácil los titulares decían ¡LAS EMPRESAS CON MAYOR PODER EN EL MUNDO! Sabía que los vendería rápido, y así fue. Me dirigí hacia la mansión del Señor Smith, y cuando mencione lo de su billetera, no dudaron en dejarme entrar. Cuando vi el interior de la casa, no me sorprendió lo lujosa, habían muchas fotos viejas y titulares de periódicos a blanco y negro, fui a la oficina, golpee dos veces y el Señor Smith me saludo muy feliz al ver tenía su billetera en la mano, nunca lo había visto tan bien y con tal sonrisa en el rostro, me agradeció mucho y me abrazo, de recompensa me ofreció ir a su casa todos los días a almorzar.
Estaba muy emocionado ya quería que fuera por la tarde, no me imaginaba al banquete, y tenía que contarle a mi mama todo lo que me había sucedido esa semana, tenía algo de miedo, pero no pensé que le prestara mucha importancia. Cuando me senté a desayunar, le conté todo con detalles sobre el Señor Smith, mi mama parecía algo intrigada y sorprendida, pero de pronto, me interrumpió y me prohibió absolutamente ir a la casa de este señor, no lo podía creer iba a almorzar gratis, y mi mama no quería que fuera, ella se fue de la casa, dejo la puerta cerrada y me advirtió que no podía salir y que los periódico los tenía que vender en otro lugar. Después de calmarme un poco y pensar las cosas, me fui a mi cuarto a dormir un rato, cuando desperté, estaba más tranquilo y relajado, pero tenía hambre, pensaba en como hubiera sido almorzar en la casa de este señor. Fui a la cocina a ver si podía comer algo y de tanto buscar, encontré una caja vieja y oxidada, cuando la abrí vi fotos cuando mi mama era joven, se veía hermosa, como si viviera en buenas condiciones, no le faltaba nada, pero había una foto que me llamaba la atención, estaba mi madre con un señor elegante y un bebe en los brazos, no podía imaginar que fuera yo, y que ese hombre fuera mi padre, la cogí y me salí de la casa.
Fui a buscar a mi mama, cuando pasaba por la avenida, me encontré con el Señor Smith, que se asombró al verme.
-Cristian te estaba esperando en mi casa, ¿Qué paso?
- Mi mama me prohibió ir a su casa, y ahora tengo que ir a buscarla.
-Cálmate vamos a mi casa para hablar.
No tenía otra opción, así que accedí a la propuesta del Señor Smith, entramos a su casa y nos sentamos en la sala, y le conté lo que había pasado con mi mama, no le puso mucha importancia, por un lado entendía que no me dejara entrar a una casa ajena, pero le parecia muy raro lo de la foto, mi mama nunca me había hablado de mi padre y pensar que era el de la foto me parecía muy raro, cuando le mostré la foto al Señor Smith paso algo que nunca imagine. El Señor Smith empezó a llorar pero al mismo tiempo sonreía y parecía emocionado.
-Cristian, yo soy tu padre, sé que no es la mejor manera de decirlo, nunca imagine que tu fueras mi hijo. Yo vivía con tu madre, cuando te tuvimos éramos muy felices, no teníamos mucho dinero, tu abuelo era muy pobre y yo no estaba en las mejores condiciones, de un momento a otro yo me entere que tenía una herencia, parecía que todo iba a mejorar, pero tu madre no quería tener más dinero, ella decía que no quería vivir con un hombre lleno de lujos y de dinero, yo al contrario quería ser muy rico, así que un día se fue, y dejo una foto tuya, y una vieja carta que lo explicaba. Los busque por un tiempo, y mi vida cambio, la herencia me hizo rico y parecía estar bien con muchas comodidades, pero nunca fui feliz, ahora que te conozco quiero darte una buena vida y hacerte muy feliz, dile a tu mama que la amo y que quiero que estén con migo.
¿Mi padre?, eran muchas emociones en tan poco tiempo no podía pensar mucho pero tenía claro algo, si hubiera amado a mi madre no la hubiera dejado por el dinero, yo prefería vender periódicos y ser feliz que ser rico y estar amargado todo el tiempo, me despedí sin decir nada y me fui a mi casa a esperar a mi mama con una taza de chocolate.
Segunda Participación: Concurso Nacional de Cuento 2014
LA SOCIEDAD NECESITA LIBERTAD
Por otro lado vivimos en una sociedad actualmente capitalista considerada por Karl Marx como anti humanista, por la dependencia de las fuerzas económicas y las transformaciones que han generado a lo largo del tiempo como el pensamiento materialista del hombre, el ánimo de enriquecerse, el paso del hombre a la máquina, el deterioro del medio ambiente. Todas estas barreras nos quitan la libertad, ya que estos son rincones obscuros que se encuentran en nosotros, como el pasado, el rencor, la culpa, el remordimiento y las creencias que nos atan; estas barreras son emociones limitantes pero que al final del camino nos dejan como fruto la sabiduría.
La libertad es un sentimiento que nace de nuestra forma de pensar, es reconocer lo desconocido dentro de nosotros, es unir la luz y la obscuridad, lo bueno y lo malo lo que nos da paz; es de pasar de la ignorancia a la sabiduría. Esta forma de pensar son los ideales y el ideal es algo que nos motiva a hacer cosas de acuerdo a la conveniencia, estos ideales pueden ser materiales el cual es pasajero, o los valores los cuales son eternos. Por este motivo han sido las miles de revoluciones en el mundo, por la falta de ética y moral, por eso vivimos en discordia y en un sin número de corrupciones.
De esta manera nos damos cuenta como los ideales, es decir, nuestros valores se ven tan influenciados en nuestra libertad, la sociedad busca pensamientos materiales y es por esto que no le encontramos sentido a la libertad que es el estado de nuestra alma. Las barreras nos dejan enseñanzas de las cuales tenemos que aprender, que como decía San Agustín la libertad son las decisiones que llevan a hacer el bien buscando la plenitud. ¿Acaso nos falta ser libres para encontrar la paz?
EL PARQUE DE LOS RECUERDOS
El Parque Ciudad Montes ubicado en Bogotá en la localidad de Puente Aranda, fue construido en la hacienda de propiedad del prócer Antonio Nariño. La antigua casona de los predios de la hacienda fue por muchos años la propia cárcel del prócer. En el terreno se han desarrollado senderos peatonales, parques infantiles, canchas múltiples públicas de tenis, voleibol, baloncesto y fútbol. Hoy es sede de diversas actividades zonales entre ellas se cuentan Juegos Intercolegiados, Distritales y Comunales.
Yo le llamo el parque de los recuerdos por las mil y una historias que se encuentran en el bello pasado de este lugar, esta pueda que sea una historia personal, o pueda que no, las personas caminan por los senderos tomados de la mano, unos van en pareja, mientras que otros se refugian en su soledad buscando el sol para que caliente su alma, las familias se reúnen para romper la cotidianidad de su larga semana, buscando un lugar tranquilo para poder pasar la tarde y así poder tener un tiempo diferente en donde se olvidan de lo malo de sus vidas los niños juegan y ríen mientras corren por el prado, mientras que otros por el contrario buscan la parte más alejada detrás de las montañas para observar el atardecer o para esperar que la lluvia caiga, muchos sueñan mientras ven las nubes, o tal vez solo están dormidos esperando que algo los despierte.
Detrás de las montañas, donde se tiene la mejor vista de todas están los mejores recuerdos, o por lo menos para mí, o de pronto para muchas personas que se refugian entre los arbustos para dejar atrás ese peso que los atormenta, o dejar todo aquello que pesa en sus espaldas. Los mejores recuerdos son aquellos que apresar del tiempo permanecen siempre vivos, son aquellos que guardamos en un baúl intocable e irremplazable. Allí donde se ve el sol en todo su esplendor o donde de un momento a otro cae la lluvia pasan cosas que solo la mente puede recordar, y que solo el ser humano tiene la capacidad de sentir.
Se dice, o cuenta una larga e infinita historia que había una pareja que no se podían mirar a los ojos, que solo permanecían en silencio buscándole un sentido coherente al cielo, no hablaban, no suspiraban, no se miraban, alejados del mundo y completamente metidos en el de ellos, en donde serían felices y nunca hay un adiós, solo caminan de la mano y cierran sus ojos en cada beso dado, ese amor clandestino y peligroso era su más grande anhelo y lo desea tanto como ella. Ambos sabían todo, pero se reservaban las palabras, sabían que dolería, pero prefirieron sonreír y disfrutar al máximo la compañía del otro, a pesar de que querían estar todo el tiempo abrazados, todo el tiempo besados, todo el tiempo amados y completos, pero ambos sabían lo que estaban haciendo, ambos sabían que no estaba bien lo que estaban haciendo, ella sabía que lo amaba pero que no podría estar con él, él sabía que la amaba pero iban a estar muy lejos, las cosas ya estaban escritas y el destino ya tenía todo planeado. Ambos cerraron los ojos y el tiempo hizo lo que tenía que hacer y la noche había caído, el parque ya estaba cerrado, y cuando ambos abrieron los ojos, solo se tomaron de la mano sin decir una sola palabra dejando que los ojos hicieran lo suyo, el celador furioso los saco del parque y ellos solo corrieron, al llegar a la esquina sabían lo que había pasado, sabían lo que habían sentido y o que no podían decir, él se tenía que ir, y ella no lo podía esperar. Ella lo soltó de la mano, lo tenía que dejar para que fuera feliz aun cuando no fuese con ella, no iba a ser la última vez que se vieran, pero si la más importante, el para ella había sido su primer amor, la primera persona que la hizo suspirar y develarse por las noches, la primera persona que hizo que ella sintiese mariposas en el estómago y ella para él había sido su primer beso, la primera niña que lo abrazo por primera vez con todo el amor del mundo, o eso pensaba ella.
El recuerdo siempre estará latente de aquella vez que ella se enamoró por primera vez, y cuando pasa por el parque saldrá una sonrisa instantánea en su cara, y ella supone que cuando el la piensa se unen ambos recuerdos, aquellos que siempre estarán vivos pase lo que pase, esos recuerdos que están guardados en el baúl con llave, aquella historia corta pero imposible de destruir. Este parque tiene miles de significados para muchas personas, y cada parque tiene una historia o un pasado, siempre tendrá presente y eso es lo que importa, el futuro no lo sabemos, y es imposible de determinarlo pero de algo si estoy segura y es que sin el pasado nuestra vida no tendría inicio, y sin inicio no tendría fin. Por eso yo le digo ‘’El parque de los Recuerdos’’.
Dedicado a : AS
Yo le llamo el parque de los recuerdos por las mil y una historias que se encuentran en el bello pasado de este lugar, esta pueda que sea una historia personal, o pueda que no, las personas caminan por los senderos tomados de la mano, unos van en pareja, mientras que otros se refugian en su soledad buscando el sol para que caliente su alma, las familias se reúnen para romper la cotidianidad de su larga semana, buscando un lugar tranquilo para poder pasar la tarde y así poder tener un tiempo diferente en donde se olvidan de lo malo de sus vidas los niños juegan y ríen mientras corren por el prado, mientras que otros por el contrario buscan la parte más alejada detrás de las montañas para observar el atardecer o para esperar que la lluvia caiga, muchos sueñan mientras ven las nubes, o tal vez solo están dormidos esperando que algo los despierte.
Detrás de las montañas, donde se tiene la mejor vista de todas están los mejores recuerdos, o por lo menos para mí, o de pronto para muchas personas que se refugian entre los arbustos para dejar atrás ese peso que los atormenta, o dejar todo aquello que pesa en sus espaldas. Los mejores recuerdos son aquellos que apresar del tiempo permanecen siempre vivos, son aquellos que guardamos en un baúl intocable e irremplazable. Allí donde se ve el sol en todo su esplendor o donde de un momento a otro cae la lluvia pasan cosas que solo la mente puede recordar, y que solo el ser humano tiene la capacidad de sentir.
Se dice, o cuenta una larga e infinita historia que había una pareja que no se podían mirar a los ojos, que solo permanecían en silencio buscándole un sentido coherente al cielo, no hablaban, no suspiraban, no se miraban, alejados del mundo y completamente metidos en el de ellos, en donde serían felices y nunca hay un adiós, solo caminan de la mano y cierran sus ojos en cada beso dado, ese amor clandestino y peligroso era su más grande anhelo y lo desea tanto como ella. Ambos sabían todo, pero se reservaban las palabras, sabían que dolería, pero prefirieron sonreír y disfrutar al máximo la compañía del otro, a pesar de que querían estar todo el tiempo abrazados, todo el tiempo besados, todo el tiempo amados y completos, pero ambos sabían lo que estaban haciendo, ambos sabían que no estaba bien lo que estaban haciendo, ella sabía que lo amaba pero que no podría estar con él, él sabía que la amaba pero iban a estar muy lejos, las cosas ya estaban escritas y el destino ya tenía todo planeado. Ambos cerraron los ojos y el tiempo hizo lo que tenía que hacer y la noche había caído, el parque ya estaba cerrado, y cuando ambos abrieron los ojos, solo se tomaron de la mano sin decir una sola palabra dejando que los ojos hicieran lo suyo, el celador furioso los saco del parque y ellos solo corrieron, al llegar a la esquina sabían lo que había pasado, sabían lo que habían sentido y o que no podían decir, él se tenía que ir, y ella no lo podía esperar. Ella lo soltó de la mano, lo tenía que dejar para que fuera feliz aun cuando no fuese con ella, no iba a ser la última vez que se vieran, pero si la más importante, el para ella había sido su primer amor, la primera persona que la hizo suspirar y develarse por las noches, la primera persona que hizo que ella sintiese mariposas en el estómago y ella para él había sido su primer beso, la primera niña que lo abrazo por primera vez con todo el amor del mundo, o eso pensaba ella.
El recuerdo siempre estará latente de aquella vez que ella se enamoró por primera vez, y cuando pasa por el parque saldrá una sonrisa instantánea en su cara, y ella supone que cuando el la piensa se unen ambos recuerdos, aquellos que siempre estarán vivos pase lo que pase, esos recuerdos que están guardados en el baúl con llave, aquella historia corta pero imposible de destruir. Este parque tiene miles de significados para muchas personas, y cada parque tiene una historia o un pasado, siempre tendrá presente y eso es lo que importa, el futuro no lo sabemos, y es imposible de determinarlo pero de algo si estoy segura y es que sin el pasado nuestra vida no tendría inicio, y sin inicio no tendría fin. Por eso yo le digo ‘’El parque de los Recuerdos’’.
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